Despiertas sin saber qué hora es. Hace una semana... qué digo, hace tres días, cuando abría los ojos eran las 8, quizá antes. Ahora son las 2 y media de la tarde. Es tan fácil acostumbrarse a lo bueno... a estar contento, activo, con ganas de comerte el mundo. Ser feliz es una droga... literalmente. Cuando estamos felices el cuerpo genera endorfinas, que nos hacen sentir bien. Y estoy totalmente enganchado a eso que yo mismo creo, tanto consciente como inconscientemente. Conscientemente, porque soy yo el que decido que todos los problemas pueden arreglarse con buena predisposición y una sonrisa en la cara. Inconscientemente porque es mi cerebro el que da la orden de generar endorfinas... Decía el anuncio de Powerade que tu cuerpo no te pertenece, pertenece a quien lo hace mover. Y mi cuerpo pertenece a la actividad.
De todas formas... las endorfinas también son nuestra morfina, el cuerpo las genera para no sentir dolor. Todo cuadra. La felicidad quita el dolor: cuanto menos activo estés, más dolor sentirás. Esa es la razón, ese es el motivo por el que hoy, vuelvo a escribir. Vuelvo a sentir la inspiración.
SYKLER
viernes, 26 de junio de 2009
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Te'charon droja... en tu blogspot!
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