Quiero y no puedo, puedo y no quiero

A veces te das cuenta de que tu vida está bastante bien aunque no lo parezca. Pero ahora llega mayo, no queda nada para junio y es tiempo de sentar la cabeza un poco. El problema de sentar la cabeza, es que si la sientas en un sentido, tienes que sentarla en todos. Entonces, te pones a buscar. Inicias el google de tu cerebro y buscas. Posibilidades, gustos, todas esas cosas. Y de repente te das cuenta de que tienes varias puertas abiertas, sin haberlo buscado. ¿Problema? Una de esas puertas está lejísimos. En alguna de ellas hay gente en medio. Hay otra que está abierta, solitaria... pero no te gusta. Otra puerta suena a pasado. En unas quieres entrar pero no puedes. En otras puedes, pero no te convencen. Otras están abiertas pero sólo para un rato, que hace un mes era lo que buscabas, pero ahora... ahora quieres probar más cosas.

De todas formas, todos sabemos que cualquier puerta puede abrirse en una noche tonta, o en una tarde, o en una mañana... Salgo de casa mirando al cielo por si cae alguna llave. Quiero dar más de lo que lo hago ahora.

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