Los hay que van por la vida con su pareja hecha. Los hay que la pierden y están buscando otra pareja insistentemente, como si sin ella no valieran nada. Yo he aprendido que se puede vivir de proyectos. Quizá sean difíciles, pero hay que jugarlos y lo mismo salen. Además son proyectos que parecen encarrilados, por lo que tienen buena pinta. Por mucho que te empeñes no soy desgraciado sin tí, por mucho que inventes. No son más que faroles.
Sykler
miércoles, 11 de marzo de 2009
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